1. Conocimiento a través de la experiencia directa:
Izcallo se basa en la fenomenología, que prioriza la experiencia subjetiva y la percepción inmediata de la realidad. El conocimiento no se obtiene únicamente a través de la razón o la teoría, sino mediante la observación y la vivencia de lo que emerge en el momento presente.
En las constelaciones familiares, esto se refleja en la atención a lo que “se muestra” en el campo fenomenológico, es decir, a las emociones, sensaciones y movimientos que surgen durante el proceso.
2. Conocimiento sistémico:
Izcallo reconoce que el individuo no puede entenderse de manera aislada, sino como parte de un sistema familiar y social. El conocimiento se construye al observar las dinámicas y patrones que conectan a los miembros de un sistema.
Este enfoque sistémico permite comprender cómo las acciones y emociones de una persona están influenciadas por su lugar en el sistema y por las generaciones anteriores.
3. Conocimiento relacional:
Desde el análisis transaccional, Izcallo integra la idea de que las interacciones humanas (transacciones) son fundamentales para entender el comportamiento y las relaciones. El conocimiento se construye al observar cómo las personas se relacionan entre sí y cómo estas relaciones afectan su bienestar.
4. Conocimiento holístico:
Izcallo adopta una visión integral del ser humano, considerando no solo los aspectos psicológicos, sino también los emocionales, espirituales y sistémicos. El conocimiento se construye al abarcar todas estas dimensiones.